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Niños y microbiota: ¿debería ser parte del trato diario?

La microbiota: una pieza clave del rompecabezas infantil


La salud infantil siempre ha sido un rompecabezas donde cada pieza importa: nutrición, vacunas, sueño, desarrollo… y ahora, una nueva protagonista entra en escena: la microbiota. Ese ecosistema de microbios que vive en el intestino del niño está demostrando tener un papel mucho más profundo de lo que imaginábamos, influyendo en su inmunidad, su crecimiento… e incluso en la manera en que su cuerpo responde al ambiente.


Microbiota y maduración del sistema inmune


El establecimiento inicial de bacterias comensales orienta la diferenciación de linfocitos T reguladores (Treg), la producción de IgA y el equilibrio entre respuestas inmunes tolerogénicas y proinflamatorias. Una microbiota diversa se asocia con una regulación inmunológica más eficiente, mientras que la disbiosis temprana contribuye a respuestas alérgicas exageradas (Gensollen et al., 2016).


Asociación con eczema y dermatitis atópica


Varios estudios han descrito que los lactantes que desarrollan dermatitis atópica presentan menor abundancia de Bifidobacterium y Akkermansia, junto con mayor presencia de bacterias proinflamatorias (Leung et al., 2018). Estas alteraciones se observan incluso antes de la manifestación clínica, lo que sugiere un potencial valor predictivo.


Microbiota y alergia a la proteína de leche de vaca (CMPA/APLV)


Resultados clave del estudio


Un estudio reciente publicado en Microbiology Spectrum (Zhang et al., 2025) analizó 106 muestras fecales de pares madre-infante y encontró que los patrones de colonización microbiana temprano-infantil influyen directamente en el riesgo de desarrollar alergia a la proteína de leche de vaca (CMPA).

Los hallazgos clave incluyeron:


  • Transmisión vertical clara de géneros esenciales como Bifidobacterium (incluyendo B. longum y B. breve), Blautia y Enterococcus.
  • A los 3 meses, los niños con mayor abundancia de Bifidobacterium mostraron menor riesgo de desarrollar CMPA.
  • La lactancia materna exclusiva emergió como un factor protector significativo.
  • El análisis funcional reveló vías metabólicas (como metabolismo de aminoácidos) potencialmente implicadas en la tolerancia alimentaria.


Estos resultados refuerzan que la composición microbiana inicial—especialmente la transmisión materna y el apoyo de la lactancia materna—puede modular el riesgo alérgico desde los primeros días de vida.


Implicaciones en el neurodesarrollo


La comunicación bidireccional eje intestino–cerebro comienza en etapas tempranas. Metabolitos como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), derivados de la fermentación microbiana, participan en la mielinización, la modulación del estrés y procesos cognitivos. Se ha observado que la menor diversidad microbiana en el primer año se asocia con diferencias en conductas emocionales y cognitivas (Sordillo et al., 2021).


Implicaciones clínicas para la pediatría


Aunque aún no se utilizan pruebas de microbiota como rutina clínica, los hallazgos científicos sugieren varias estrategias útiles para pediatras:


  1. Promover la lactancia materna siempre que sea posible, por sus beneficios en el desarrollo microbiano y la tolerancia inmune.
  2. Evitar el uso de antibióticos innecesarios, especialmente durante los primeros meses de vida.
  3. Fomentar una introducción complementaria con alimentos naturales y ricos en fibra, para favorecer una microbiota diversa.
  4. Evaluar, cuando sea aplicable y basado en evidencia, el uso de probióticos específicos en casos de riesgo alérgico, aunque se debe hacer con criterio clínico y respaldo científico.


Conclusión


La microbiota infantil es mucho más que un componente digestivo: es un determinante temprano del desarrollo inmune, metabólico y neurológico. Integrarla en el “trato diario” en pediatría no significa medicalizar cada consulta, sino reconocer que la colonización microbiana es una pieza clave en la construcción de la salud futura. Para el pediatra, esto abre la puerta a intervenciones simples, basadas en evidencia, que pueden moldear positivamente el riesgo alérgico y el desarrollo general del niño.





Referencias


  • Gensollen, T., Iyer, S. S., Kasper, D. L., & Blumberg, R. S. (2016). How colonization by microbiota in early life shapes the immune system. Science, 352(6285), 539–544.
  • Leung, D. Y. M., & Guttman-Yassky, E. (2018). Deciphering the complexities of atopic dermatitis: Shifting paradigms in treatment approaches. Journal of Allergy and Clinical Immunology, 141(4), 1280–1291.
  • Sordillo, J. E., Korrick, S., Laranjo, N., Carey, V., Kraft, P., & Gold, D. R. (2021). Association of the infant gut microbiome with early childhood neurodevelopmental outcomes. JAMA Network Open, 4(4), e215329.
  • Zhang, L., et al. (2025). Maternal gut microbiota transmission and early-life colonization patterns influence infant cow’s milk protein allergy risk. Microbiology Spectrum, e01162-25.



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